jueves, octubre 13, 2005

"TEN LA MENTE ABIERTA"

En la clase de comunicación organizacional tuvimos una interesante actividad donde cada uno escribimos en una hoja “lo que nadie cree de nosotros” y las poníamos en el centro para que uno por uno los fuéramos leyendo y encontrar de quien era; esto fue muy interesante ya que al principio pensé que todos sabíamos como eran los demás, pero gran sorpresa me lleve, cuando al leerlos íbamos descubriendo que cada uno tenia algo escondido y que por alguna u otra razón nunca lo habían expresado, puede ser por miedo al rechazo o por que la vida ha ido enseñando erróneamente a esconderlo.
¿No les ha pasado que al ver a una persona la catalogas sólo por su aspecto físico y/o por como actúa con los demás? Y al conocerla te das cuanta que no es realmente lo que pensabas (a mi me ha pasado varias veces); si lo(a) catalogabas como rudo(a), es tierno(a), si lo(a) catalogabas como retraído(a) es por un trauma psicológico, si lo(a) catalogabas como extrovertido(a) en realidad tiene el autoestima muy bajo, etc.
Creo que tiene que ver con la tolerancia, con la capacidad de entender a los demás y de alguna forma no criticarlo pues uno nunca sabe por las vivencias que esa persona ha pasado.
Hay que atrevernos a conocer a las personas y aprender de ellos, tal vez genere una mejor convivencia, la entiendas o no.

domingo, octubre 09, 2005

¡¡¡¡¡OH DOLOR!!!!!

¡¡OH Dolor, dolor!! He bostezado y ¡¡OH dolor, dolor!! No aguanto, se movió de lugar ¡¡OH dolor, dolor!! Tengo que enderezarlo, no me tengo que mover mucho pues ¡¡OH dolor, dolor!! Esto ya lleva mas de cuatro meses y ¡¡OH dolor, dolor!!
Hace dos meses cuando agudizo el problema, eran vísperas de regreso a clases, dejé de comer cosas duras y semi duras (algo terrible para mi) fue entonces cuando fui casi de urgencias al doctor especialista y me mando con otro especialista para que quitara una parte de mi, argumentando que tal vez, es eso lo que esta causando esa terrible molestia y si seguía el dolor tendría que regresar.
Hice mi cita, el doctor la programó para un jueves, un jueves lleno de incertidumbre pero a la vez tranquilo pues no sabia lo que me esperaba en su bonito y agradable consultorio un poco oscuro en la sala de espera pero ya en el lugar de los hechos esta demasiado iluminado para ver bien todo lo que va a realizar.
Cuando llegue toqué la puerta (hecha de ese vidrio que se ve de adentro hacia fuera pero de afuera hacia adentro no), me abrió una chica mas o menos de mi edad y con una sonrisa me dijo que pasara, seguida de la pregunta -¿a que vienes?- con una respuesta – “a una extracción de muelas”- ella me dijo que esperara a que me llamen y salió de la escena; yo me senté en un sillón era negro y muy cómodo alcé la vista y un tipo estaba leyendo una revista que pusieron en la mesa de centro y entonces vi las demás pero ya no leí ninguna pues están llevaban por nombre “TV. Y novelas” minutos mas tarde tocaron a la puerta, vi que era mi padre, abrí tan rápido como pude, entonces entró, se sentó, me vio y me preguntó -¿Por qué tan seria?- yo sólo encogí los hombros pues no sabia ni porque lo estaba; cinco minutos mas tarde me llamaron, me paré, se paro mi papá
y nos dirigimos a ¡¡la sala de la verdad!! salió a escena el doctor Florencio García Zaraín cirujano maxilofacial, nos saludo, me pregunto a que venia mientras me sentaba en la silla azul, que los dentistas en general suelen tener, prendió la luz perturbadora y revisó mi boca con unos movimientos un tanto bruscos seguidos de un ¡¡OH dolor, dolor!! Mí papá le decía que veníamos a que me sacara solo dos muelas del juicio de la parte del maxilar; el explicó que era mejor que fueran todas las del juicio de una vez pues tal ves no regresaría porque esto representa un dolor que talvez no me gustaría volver a soportar (y ya que lo recuerdo afirmo su hipótesis “no regresarla jamás”), también explicó que no sanarían rápido pues las muelas que están arriba morderían la herida y el dolor sería mayor, dijo que no se tardaría mucho era cuestión de cinco o diez minutos.
lo primero que hizo fue ponerme alrededor de seis anestesias cada una con su respectivo piquete en las encías y paladar lo cual fue terriblemente doloroso ya que al meter y sacar las inyecciones jalaba la piel, luego salio y previamente dijo –espera a que la anestesia haga efecto mientras voy a ver una paciente que esta en la otra sala- cuando se fue oí que la paciente se quejaba y el doctor le preguntaba si había molestado su encía con algo ella le contesto –si, con la uña- el doctor decía que ya extrajo una muestra para que la mande a analizar en un laboratorio, paso donde yo estaba, con un frasco que no quise ver.
Seis minutos después regresó y me preguntó si estaba lista (no pude contestar pues había perdido la movilidad de la lengua y labios), me paso a otro cuarto ahora con una silla negra, me senté y empezó; abrí mi boca hasta donde mas pude, mientras que sentía que succionaban la sangre ya que fueron dos pequeñas cirugías y saco: una, dos, tres, cuatro, “cuatro muelas” con jalones espantosos que sentía que me iba a romper la quijada, cuando terminó me dio una receta y nos fuimos –hasta luego y gracias doctor- le dijo mi papá.

Al salir pensé que ya había pasado lo peor pero ¡¡que equivocada estaba!! Cuando llegue a mi casa me sentía como Popeye o como Sebastián el personaje que es cangrejo en la película de la sirenita (esto se debe al efecto de la anestesia), al caer la noche me sentí aliviada pues regularmente al dormir se me quita cualquier dolor que pueda tener pero ¡¡OH dolor, dolor!! No paraba sentía que me punzaba así se me fue toda la noche.
Al día siguiente me pare de mi cama y me dirigí hacia la sala donde estaban mis papas al verme se sorprendieron yo no entendía porque, corrí al espejo y ¡¡¡¡¡¡¡¡nnnnoooooooooooo!!!!!!!!! Era algo espantoso, era como Dorian Gray se sintió al ver su retrato, una cara hinchadísima de la parte baja, no lo podía creer y más me sentí mal porque tenía que ir a trabajar.
Ni hablar fui viernes, sábado y hasta el otro viernes seguía hinchada, era como estar en el cuerpo de otra persona, también era desesperante sólo podía comer líquidos y es cuando extrañaba las tortas de tamal, las tostadas, los molotes, unos buenos tacos………
Gracias al cielo, les doy garcías muchas gracias, el sábado no se notaba, el domingo estaba todo a la normalidad y dispuesta a enfrentar mi primer día de clases en el tercer semestre, pensé que esos dolores nunca iban a regresar a fastidiarme pues había pasado cerca de un mes, pero regresó sigo teniendo ese ¡¡OH Dolor, dolor!! Cada que mastico algo duro, cada que duermo de lado y cada que bostezo (el promedio de bostezo que tengo en el día es incontable, ¡jajajajaja!) esto ocasiona que se mueva la quijada, por eso tengo que acomodarla.
Pero no quiero regresar al con el dentista me dijo que me iban a instalar un horrorosísimo aparato para que el maxilar no se mueva y con el tiempo regrese a su lugar ¿Por qué a mi? ¿Por qué?
Esto me hizo reflexionar y pensar lo valiosa que es mi boca ahora me cuido mas no como lo que antes comía. Espero que mi experiencia les sirva para que también reflexionen no solo con su boca sino en general, pues muchas veces no le damos valor a lo que tenemos y queremos lo que no tenemos.





martes, octubre 04, 2005

cinemaniaca



hola soy una chica que le fascina el cine ¿a quien no le gusta ver una pelicula de cine de cualquier categoria? desde las más chafas del mundo sólo para reirse o a las peliculas de arte, pasando a los churros norteamericanos, o las peliculas sensacionalistas de México. me gusta el cine pues te remonta a un lugar inimaginable o tan real que vives con las cosas que viven los personajes, tambien me gusta por las tomas, etc.